La población saharaui sigue en la búsqueda de sus derechos. El Gobierno marroquí ejerce su autoridad. La ONU no da respuestas.
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| Mapa del Sahara Occidental |
El campamento instalado a las afueras de El Aaiún representa las denuncias de los ciudadanos saharauis contra la política discriminatoria del Gobierno de Rabat. A las protestas por las malas condiciones en la que se encuentran y la violación de sus derechos humanos se le suma, ahora, la conmoción por la muerte del joven de 14 años que fue tiroteado el pasado domingo a manos del ejército marroquí.
Ante las posibles consecuencias, el gobierno ha querido dejar claro que el ejército disparó en respuesta a un tiro del furgón donde iba el joven acompañado de otras cinco personas que, también, resultaron heridas.
En el campamento se ha decretado tres días de luto, los militares han impedido el paso a los coches que transportan, entre otras cosas agua y alimentos y, nadie puede informar de ello. Siete periodistas españoles tienen prohibida la entrada al “poblado” saharaui, a unos les han anulado el vuelo y a otro no le han permitido embarcar. El motivo aún está por desvelar, son muchas las incógnitas. Parece que lo acontecido no debe tener mayor trascendencia, así piensan los afectados.
Marruecos desde que en 1975 invadiera el Sahara Occidental tiene la potestad de decidir sobre el presente y el futuro de todos aquellos que viven bajo ese territorio. En la actualidad, muchos han sido los referéndums convocados por un “Sahara Libre” pero parece que la situación ha permanecido estancada. La ONU , por su parte, considera que el Sahara Occidental es un territorio pendiente de descolonización y, aunque, nunca ha reconocido a Marruecos como poseedora del territorio saharaui, en la práctica sí lo es.
El enviado especial de la ONU a Marruecos, Christopher Ross, ha afirmado que “urge la necesidad de aliviar la tensión que prevalece”. Invitando a las partes implicadas en el conflicto a buscar una solución.
